9 de junio de 2006

Crónicas de la amargura III

Volví, volvimos. ¿Volviste?
El trabajo, la fuckultad y la vida puerca me han mantenido alejado de mi blog. Es hora del retorno y qué mejor para retornar que... más crónicas de la amargura!

Veamos...

1) Leí que Macri se lanzó a la presidencia cuando todavía falta más de un año para la elección.
Ok, genial. Total el tipo nunca gobernó ni su casa (la platita ¿de dónde vino sino de papi?), perdió en la elección de Jefe de Gobierno (¡se fue a casa con el culo roto!), se pega tremendos bostezos en las sesiones de la cámara de diputados y ahora también viaja a Alemania a ver el mundial con sus hijos. ¿No es tierno? Que padre ejemplar. Total la guita se la ponemos todos los giles que pagamos impuestos.
¿Solución? Destrucción del estado y su reemplazo por... nada.

2) Estoy hasta las bolas de escuchar esa banda de ignotos que cantan: “Esta noche toca pieeeeeeeeeeeeeer”. No me interesa que toque Pier. No me gusta Pier. Me da lástima Pier. Odio a Pier.
Probablemente por el sólo hecho de que hayan hecho ese tema horrible. Si no, ni los registraría y me serían indiferentes.

3) Hablando de música, me siento impulsado a denunciar a “El Bordo”. Señores, es mi deber decir lo siguiente:
a) Fuí compañero de primaria (fuimos al Instituto Acuario) de “Ale” Kurz el cantante de la banda. Y por cierto, ese pibe se ocupó de hacer bastante miserable esos años para mí.
Siempre digo que mi vida hubiese sido distinta si lo hubiese recagado bien a piñas como se mereció más de una vez.
Kurz era un cerebrito soberbio, sobrador, petiso, antipático y maleducado.
No sé cómo estará ahora.
b) El baterista, Miguel Soifer no sólo comparte conmigo su apellido. Además es mi vecino (vive a dos cuadras, en “El palacio de los patos” (se llama así el edificio (lo cual merecería una entrada especial en mis crónicas de amargura)), es homónimo de mi padre y fue amigo mío de mis años mozos. Íbamos juntos a un club de Tigre donde nos conocimos y pasamos veranos enteros jugando al T.E.G.
Respecto a él no tengo nada que decir más que también lo conozco.
Respecto de la banda... ¿qué decir fuera de todo esto? Creo que dentro de poco los vamos a escuchar cantando: “Esta noche toca el Bordoooooooo”.
P.D.: Si bien ellos dicen que su nombre viene del vino barato “Bordolino”, la leyenda apócrifa dice que sacaron su nombre de un bar que queda a la vuelta de casa – es decir, a unas 4 cuadras de la casa de “Mickey” Soifer – (República de la India y Las Heras) que se llama casualmente “El Bordó” y dónde se dice, se juntaban los muchachos a emborracharse.

4) ¿Sharkira escribe en castellano y luego traduce al inglés? Dudas luego de escuchar “Poem to a horse” y “Hips don´t lie”.

(...)

Oh baby when you talk like that
You make a woman go mad
So be wise and keep on
Reading the signs of my body

(...)

Oh boy, I can see your body moving
Half animal, half man
I don't, don't really know what I'm doing
But you seem to have a plan
My will and self restraint
Have come to fail now, fail now
See, I am doing what I can, but I can't so you know
That's a bit too hard to explain

5) Alguien tiene que decirlo: Fergie, de los Black Eyed Peas, no es linda. Es muy, muy fea. Que alguien le enseñe algún otro movimiento más allá de su movimiento de pechos por favor.

6) En un blog “Antimundial” llamado “Nos importa un carajo la FIFA Word Cup Germany 2006” un cobarde anónimo opinó lo siguiente:

El usuario anónimo dijo...
LOS QUE NOS INTERESA EL FUTBOL, ESTAMOS EMPEZANDO UNA CAMPAÑA, PARA VER COMO HACEMOS PARA QUE AQUELLOS A LOS QUE NO LES INTERESA, NO NOS ROMPAN LAS PELOTAS CON SUS PELOTUDECES Y ANALISIS PSEUDOSOCIOLOGICOS Y PRETENDIDA SUPERIORIDAD INTELECTUAL, MANGA DE PUTOS RESENTIDOS, SEGURO QUE FUERON TODA SU VIDA AL ARCO, SEPAN ALGO
A NADIE LE INTERESA QUE A USTEDES NO LES INTERESE, Y OTRA COSA MAS, NOS ENCANTA QUE EL FUTBOL NOS NUBLE LA VISTA, AMAMOS LA ARIDEZ INTELECTUAL Y LA MASIVIDAD DEL MUNDIAL, NO NOS INTERESA SENTIRNOS INDIVIDUOS SINO PARTE DE UNA MASA SUDOROSA Y ALEGRE QUE GRITA:"EL QUE NO SALTA ES UN INGLES",
VIVA EL MUNDIAL, VIVA EL FUTBOL, VIVA LA VIDA VIVIDA CON PASION Y CERVEZA QUILMES. SNOBS DEL ORTO, JAMAS SERAN PUEBLO
Lo que me pregunto es si este buen hombre (o mujer) sabe es que precisamente, a los que nos pudre toda la parafernalia mundialista (el otro día pasé por una ferretería que anunciaba: “Nuestros precios son MUNDIALES” (!!!!!)) entiende que precisamente, no nos interesa SER PUEBLO. Más bien lo contrario. Odiamos al pueblo. Detestamos a la masa sudorosa que mea Quilmes y saltan porque si no “son ingleses” (¿?). Digo, que alguien me explique la lógica de saltar para no ser inglés. Si no salto y soy inglés, no salto. ¡Pero claro que no salto! ¿Qué más quisiera en la vida que ser inglés para poder irme de este país infecto?
Por cierto, creo que el usuario anónimo se equivocó. La “aridez intelectual” no significa desierto intelectual, sino más bien lo contrario. Dificultad intelectual por cuestiones escritura densa y de difícil desciframiento.



7) Hablando del Mundial de fútbol, me pregunto qué hará la gente con tanto banderín y vincha cuando nuevamente el seleccionado fracase miserablemente. O cuando triunfe y pasen unos meses. ¿De vuelta a ser comida de polillas en el armario?
Me lo imaginaba. En Argentina el nacionalismo chauvinista y el no chauvinista es una pasión fugaz.
Luego nos trensamos entre los que votan a Macri y aplauden a los milicos y los que soñamos con la erradicación de esta raza grosera que son los argentinos.

8 ) El día que Beatriz Sarlo tiró por las escaleras (al modo “Suicidio a la Primo Levi”) el escaso prestigio académico que le quedaba:

Fervor patriótico por default
(en Revista Viva Domingo 4 de Junio.)

por Beatriz Sarlo

Difícil cuestión la del nacionalismo, que durante el Mundial de fútbol levanta olas breves pero impetuosas, en un país donde la última dictadura militar invocaba a la patria, cantaba el himno a troche y moche, administraba el terror, eligió como logotipo del mundial un gauchito embanderado y condujo a una guerra supuestamente nacional donde murieron centenares de jóvenes que habían ido a ella obligados aunque fugazmente entusiastas. Para los argentinos, como para cualquier otro país donde hubo dictaduras y guerras dirigidas por dictadores, el nacionalismo es un problema. E, incluso, el propio país puede convertirse en un lugar repudiable.
Me va a ser difícil olvidar el miedo en las salas de cine, durante la dictadura, cuando en la víspera de las fechas patrias sonaba un disco con el himno nacional antes de la última película o, con mayor y más patética obsecuencia, en medio de la película al filo de las doce. Se podía caer preso si, en un acto de rebeldía silenciosa frente a la manipulación del símbolo patriótico, alguien tenía el coraje de seguir sentado. También es difícil olvidar que los vecinos podían denunciar a la policía a quienes no se mostraran adecuadamente fervorosos cuando los locutores histéricos del canal oficial anunciaban victorias sobre los ingleses que eran, por supuesto, falsas o poco significativas para el desenlace final de la guerra y, sobre todo, para el destino de los chicos que iban a morir en el Atlántico sur.
Para todos los que tengan más de cuarenta años, la palabra nacionalismo puede evocar no la legítima dignidad nacional sino también estos entusiasmos sin rumbo. Los golpes de estado se hicieron siempre bajo los pliegues de la bandera y en nombre de la patria. Sus proclamas, que
invocaban, sin falta, los valores nacionales, eran una injuria. Por eso, la palabra nacionalismo soporta esa mancha como, durante mucho tiempo y hasta hoy, la soportó en Alemania porque el partido nazi la tenía incorporada a su nombre, y la expansión nazi, sus crímenes contra los judíos y muchos otros pueblos se protegían con la idea de nación en su acepción más racista (que no ignoraron los militares argentinos).
Debo confesar que, después de 1976, nunca más pude agitar una banderita, usar un distintivo celeste y blanco, ni cantar el himno, aunque racionalmente me diga que todos los pueblos cantan su himno y agitan su bandera incluso después de que, bajo esos símbolos, se hayan cometidos crímenes vergonzosos.
En inglés, el mal nacionalismo, incluidas las expansiones imperialistas y las invasiones, se expresan con una frase: "Errado o en lo cierto, es mi país". Lo peor del nacionalismo está encapsulado en esa fórmula ciega que no describe la hermandad entre compatriotas sino la complicidad entre fanáticos que pueden pasar por alto los errores o los crímenes del propio país mientras ellos no conduzcan a una derrota.
En la Plaza de Mayo, hace poco tiempo, una manifestación de bolivianos pedía justicia por el asesinato a golpes de un compatriota en un boliche. Habían cortado una de las calles laterales, donde los colectivos se amontonaban en doble fila. A mi lado, un hombre me dijo: "¿Sabe? Los que cortan la calle son bolitas, fíjese la pinta, y además allí está la bandera de ellos". Boliviano había pasado a ser un escalón inferior a piquetero y a negro pobre del Gran Buenos Aires. El prejuicio nacionalista estaba fundido con el prejuicio racial. El fastidio por el corte (algo que se puede entender) se multiplicaba por el factor racial y nacional.
"Todos los pueblos son nacionalistas", se dice para atenuar los nacionalismos borrascosos del propio país. En efecto, el nacionalismo puede ser una especie de espontaneidad innata, una ideología por default. Por eso hay que examinarla con desconfianza. El nacionalismo funciona
por default, cuando no hay otras buenas razones colectivas para reconocerse como parte de una comunidad. Hace mucho tiempo, los argentinos sentían orgullo porque eran una nación donde estaba garantizada la escolaridad y se creía que todos sabían leer y escribir. Hoy nadie puede enorgullecerse con ese argumento legítimo, ni con una distribución más pareja del ingreso, ni con la inexistencia de grandes bolsones de miseria. La identificación nacional, entonces, se agota rápido.
Cuando los franceses ganaron la Copa del Mundo, ese triunfo se sumó a muchas otras victorias de una nación acostumbrada a los buenos y los malos nacionalismos. Cuando la Argentina ganó la misma copa, se trató del logro máximo de un país pequeño y poco significativo. Para Argentina o Brasil, la copa es más importante que para Francia o Alemania. Aunque en el partido final el ruido de las hinchadas sea idéntico, hay que pensar en las diferencias que marcan las vidas en América del Sur y en Europa durante los cuatro años sin Mundial de fútbol que muy pronto empezarán a transcurrir.

9) Descubrí que Nazarena Vélez es un clon de la Ciccolina:



10)Para concluir, el día en que Daniel Link, profesor de Literatura del Siglo XX de la Carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (retratado en la foto que sigue) se terminó de ganar mi corazón:


P.D.: Yo también quiero un pin con la cara de Jorge Panesi!

13 comentarios:

Belú dijo...

Hola, qué tal? Soy Rema Augusta Erdosain, mucho gusto. :'(
Te juro que necesitaba encontrar un rufián melancólico.
Qué interesante...

(Escuchando Dragonflies - Red House Painters)

Belú dijo...

¿Por qué será que cada una de tus palabras ahora las entiendo un poco más?
Te ayudo a aniquilar al estado, y a Macri, y a Pier, por ser tan burdos y estúpidos. Asesinaría a todos los integrantes de Black Eyed Peas, por ser tan poco originales.
A ese que mencionaste

Belú dijo...

que posteó en el blog antimundial habría que romperle bien la cabeza, porque es consciente de pertenecer a una masificación asquerosa, que destruye la libertad sometiéndose a boludeces tales como la venta de un plasma para ver el maldito mundial que obviamente nunca va a hacer que Togo lo gane, porque sino se le iría a la mierda el consumo. Desde que me di cuenta de eso, para mí perdió la magia.
Que se vayan todos los nacionalistas acartonados a la mierda, si cada una de las personas que se disfraza de argentina para un simple y vulgar partido de fútbol gritase con tanta intensidad cuando caen en la cuenta de que les están metiendo la mano en el bolsillo como cuando gritan un gol, las cosas serían muy diferentes. Pero... es también por eso que yo me diferencio de ellos.
Bellísima charla provista de mucha catarsis compartimos, y deseo que se vuelva a repetir.
Besos a la imagen del otro lado del mismo espejo, disfrazado de cotidianeidad.

(Escuchando I know - Placebo)

Ferdinand Mortnais dijo...

claro, el mundial destruye la libertad.

mmmmmmm...


(Escuchando: qué les importa)

ajsoifer dijo...

Hay un chico que es conocido simplemente como "El chico de los pines" porque tiene un morral invadido de pines.
Entre ellos, el de la cara de Panesi.
Si querer uno de esos es snob, yo soy el rey del fucking snobismo!

Ferdinand Mortnais dijo...

yo me pondría el pin de panesi en un final con panesi y bien visible, a ver qué dice.

ajsoifer dijo...

"Quizás falte a la Real Academia Española ponerlo junto a sus palabritas, espero se agreguen rapidamente."

Alguien que me traduzca a una sintaxis normal por favor.

Elias dijo...

La moda de decir que uno no pertenece a tal o cual cosa. Es fantástico. A esos tipos no les interesa el mundial, a muchos de los que postearon no les interesa, pero aún así ponen energía en armar un blog en el cual dicen que no les interesa. Como un grito desesperado que suena a: "¡POR FAVOR, DENME BOLA, TENGO ALGO POLÉMICO PARA DECIR Y ES QUE NO ME INTERESA EL MUNDIAL! y vámos, analizar los cánticos de las tribunas de fútbol ya es demasiado.

PD: Si fué un artículo humorístico hacé de cuenta que lo anterior no existió jamás.

ajsoifer dijo...

Sí. sí... evidentemente mi artículo era sarcástico. Un poco de buen snobismo para liberar las tensiones de la vida diaria.

Ruth dijo...

Jajajajaja, ¿vos fuiste a la primaria con Kurz de El Bordo? Lo mío es peor, fui con él a la secundaria y tuve que soportar a su bandita desde sus comienzos, cuando tocaban en las "Fiestas N' Pelle" a las cuales habré ido sólo un par de veces en cinco años (por suerte).

Anónimo dijo...

demian rostov: evidentemente la nota antimundial hirió tus sentimientos. no te sientas mal, hay toda una masa sudorosa que te apoya. Además jamás podrías concienciar la hipocrecía mundialista y lo fétido de nuestra sociedad.
Muy lúcida la nota, Saludos

Anónimo dijo...

Aguante El Bordo!!!!!
Aguante Ale!!
No entiendo por qué tanto odio con él.. quizás es odio, envidia, bronca por lo que llegó a ser y bien merecido lo tiene!

Banda que despacio pudo llegar alto!
Son mucho!

saludos
jesica

ajsoifer dijo...

Jesica: todo bien con El bordo. Mi único comentario era respecto de Ale porque de pendejo, me bulleaba en el colegio. Nada más.