28 de marzo de 2008

Un tour por La Plata

Hace pocas semanas pasé un día en La Plata. Y si bien no creo que tenga nada en especial comentar: “Estuve en La Plata” y para los platenses un comentario mío, neófito, sobre su ciudad pude que les importe poco y nada, quisiera permitirme la oportunidad de escribir algunas líneas respecto de mi experiencia.

¿Cómo le dicen al Menú Porteño en La Plata?

Jugando con esa ineludible referencia de Pulp Fiction que plantea el asunto de “las pequeñas diferencias” entre Estados Unidos y Europa, se podría decir que al difunto Menú Porteño, en La Plata seguramente lo llamaban “Menú Platense” ¿no?
Las pequeñs diferencias entre La Plata y Buen
os Aires no son pequeñas y si son diferencias.
Hay que decirlo, la planificación obsesiva y psicotizante del entramado de calles (el trazado en damero español colonial llevado a su exasperante consecuencia
lógica con sus ilógicas y desestrcuturantes diagonales y multiplicidad de plazas) puede volver loco hasta al más cuadrado. Por lo general soy bastante predecible en algunos de mis movimientos y suelo ser partidario de algún tipo de orden. Que se entienda bien: prefiero mi cuarto ordenado a mi cuarto desordenado. Prefiero calles con tramado lógico que Parque Chas. Pero La Plata fue demasiado para mí.
Como fui en plan “turista-curioso” me recorrí casi los cuatro sectores (también de lógica inapelable) en la que se divide: “Este” ; “Oeste” ; “Norte” y “Sur”. Y no, no “...brillará blanca y celeste, la Academia, Racing Club! ¡Y la Acadé, y la Acadé!” como escuché tantas veces en la cancha, cuando era más niño y todavía tenía la ingenua sensación que ver fútbol era un entretenimiento que podría robarle horas de tedio a mi vida siempre aburrida.
Hay cuatro líneas de colectivos platenses que surcan las calles con una frecuencia envidiable y cada línea tiene el nombre del punto cardinal de la ciudad al que se dirije o al que va, no recuerdo la explicación de mi guía turística.

Ejemplo de colectivo platense que se dirije al Oeste como es obvio.

Lo que sí, envidiable esa frecuencia. Si acá uno puede pasar horas esperando uno de esos colectivos que recorren casi todo en uno la ciudad (el 60 es una opción interesante para pasear por el centro-medio-norte de la ciudad), en La Plata la velocidad de las cosas es aceleradísima: pasan y pasan y no dejan de pasar colectivos que atraviesan una y otra vez esas calles enfermizas.
Porque claro, el hecho de que las calles estén numeradas y no lleven nombres ridículos (que alguien me explique por favor el por qué de calles en capital como “Jorge” (Plano 33-B2 de la guía T de Bolsillo 2007) o proliferen exasperantemente en homónimos como por ejemplo la serie de calles llamadas Irigoyen: Bernardo de Irigoyen, Santos Irigoyen, Irigoyen (a secas) y luego, claro Hipólito Yrigoyen es una gran ventaja. Y también es una gran fuente de aburrimiento. Las coordenadas geográficas de calles se reducen a la insulsa monotonía de una repetición de números. Casi como si fuera un partido de Batalla Naval, ir a la 42 y 7 o a la 51 y 12 o Diagonal 80 y 6 o lo que sea plantea el desafío de pensar en términos de cierto orden férreo, estructurado y duro que me dirán: “Es la gracia de La Plata, una ciudad positivista.”
Sí, muy positivista pero muy aburrida también.
Como todos sabemos, Dardo Rocha planificó su ciudad infl
uenciado por esa filosofía horrible que se llamó positivismo y que podríamos decir, intentaba llegar a la verdad por el orden. Orden y progreso y mapas rectangulares con trazados rectangulares y nombres reemplazados por númeors. Muy matemático, muy científico, muy poco embebido de las tensiones cotidianas de la vida.
El Orden impuesto a la fuerza de un trazado aburrido y cuadrado me hace pensar en un orden futurista, un enamoramiento de la ingeniera puesta al servicio de un control del material y los materiales. Así como el Teatro Argentino se alza imponente como otra muestra de esa arquitectura clorindotestiana alla Biblioteca Nacional de paredes sin recubrimientos, formas extrañas y el puro gris aburrido, sólido, enfermo del hormigón descubierto, la ciudad entera llega al progreso por el orden y ese orden es impuesto con una precisión milimétrica.

Teatro Argentino de La Plata: la crisis del sentido común


Claro, están esas diagonales que te confunden. Pero leí por algún lado que ese fue una especie de mensaje cifrado de Rocha: uniendo algunos trazos d
e formas más o menos obvias, se formarían un compás y una escuadra: símbolo masónico.
Entonces tenemos una ciudad con una ingeniería imagin
ada de antemano, diseñada por un presunto masón que escondió su simbología en ella y una catedral que debe ser de las más bonitas de la Provincia de Buenos Aires.


El compás y la escuadra masónicas. Según leí hace tiempo en un artículo que no recuerdo, si se unen los trazos de las diagonales que confluyen en Plaza Moreno se podría obtener un dibujo como éste.


En ese artículo dónde leí que el trazo de las diagonales daba masón también leí que algunas estatuas que se encuentran frente a dicha Catedral, en la
Plaza Moreno daban las espaldas a la misma o de alguna manera expresaban desprecio por la institución católica. Interesante teniendo en cuenta que la Catedral tiene ya sus propios problemas como ser de arquitectura neogótica cuando el género agonizaba (información cortesía de mi guía de turismo) o que la falta de presupuesto impidió que se terminaran de colocar los vitrales que le correspondían (más info cortesía de mi guía de turismo) o que adentro de la misma, inevitablemente haya ese mismo, horrible, olor a polvo que asocio con el olor a muerto y a muerte: olor a huesos empolvados.

La famosa catedral. Dicen que en la Plaza Moreno, algunas estatuas le dan la espalda a modo de insulto.


Pero La Plata también es conocida por otras cosas más festivas y juveniles: por empezar cabe recordar que es una ciudad Universitaria donde se encuentra la famo
sa Universidad Nacional de La Plata. Quizás de las pocas Universidades que hagan sentir a un UBAmaníaco cierto temor a lo desconocido: “¿Será mejor mi carrera en La Plata?”. Terrible pregunta que se suele saldar ante la contemplación de la inutilidad del plan de irse a vivir allá para cursar ahí o en su defecto desembolsar unos $13 por día en pasajes del 129.

El 129 o el santo patrono de los transportes Capita-La Plata


Entonces La Plata tiene una activa vida universitaria que se traduce en:

- Muchas calles repletas de desperdicios de celebración de algún recibido: huevos, harina, yerba mate, arroz y todo tipo de arrojable en tal ocasión se acumula en varias esquinas. Básicamente en las esquinas de alguna de las sedes de la Universidad y como son tantas esas sedes, a veces uno tiene que ir haciendo un zigzag de saltitos para evitar caer en los enchastres ajenos.
- Muchas bellas mujeres caminando por las calles. Así es, La Plata parec
e una ciudad repleta de mujeres muy bonitas (¡universitarias!) que pasean y viven en la ciudad. Llegadas de todas partes, del interior, del conurbano (mi guía de turismo por ejemplo), de dónde sea, lo cierto es que alegra la vista tanto despliegue de féminas.
Esto en cuanto a su vida universitaria.
Pero La Plata también tiene fama por sus dos equipos de fútbol (y ahí está, la sede de Gimnasia enfrentado a una de las sedes de la Facultad de Artes o su cancha, en medio del también famoso “Bosque de La Plata” que de bosque tiene menos bosque que los Bosques de Palermo) y los hinchas suelen pasar asomados por la ventana de algún colectivo de esos que diseccionan la ciudad atravesándola por sus arterias lineales y perfectas.
El Museo de Ciencias Naturales de La Plata, guardada por sus dos gárgolas de tigres diente de sable tendidos también sigue ahí, aunque no recordaba que quedaba justamente en el Bosque. Mi última y única visita a la ciudad había sido hace muchos años, de niño y para contemplar precisamente los huesos de dinosaurio que el museo prometía.


Uno de los tigres diente de sable de piedra que protegen el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.


No entré al Zoo de La Plata (odio los zoos y tengo la desgracia de vivir a dos cuadras del de Buenos Aires) pero también pasé por su puerta.

La tarde era pesada, hacía calor y el sol estaba tremendo. Estaba cansado. Ideal para tomar una merienda en una bella cafetería (¿Se llamaba París?) y pensar un rato más en los edificios.
Mientras tragaba un licuado de frutilla me di cuenta de algo que había venido almacenándose en mi cabeza pero no había logrado determinar: hay una proliferación imponente de edificios públicos. Con ese mismo trazado milimétrico del plano, se debió haber planificado el emplazamiento de los edificios públicos que, como las plazas, se reparten a distancias casi equidistantes a lo largo de toda la ciudad. El “microcentro” no existe, el control está en todos lados, en cada manzana equidistante de la otra donde se encuentra un edificio público.
Entonces esa pequeña gran diferencia entre Buen
os Aires y La Plata está precisamente en que donde en la primera hay caos y crecimiento desparejo acompañado por el despliegue desordenado por los rincones de terreno disponible, en La Plata es orden perfecto, cerrado y controlador.
Parecía curioso a esa altura de mi reflexión el hecho de haber visto tanto activismo de izquierda, tanto activismo anti-dictadura.
“Es una ciudad Universitaria” me dijo mi guía de turismo y quise responderle que eso no tenía mucho que ver, en la UBA el activismo anda muerto desde hace tiempo.
Hace poco más de un año reseñé un libro (Cerca de Daniel Kruppa) que habla de La Plata y plantea un escenario lovecraftiano en esa ciudad. En su momento, apelé a la información de la que disponía acerca de la ciudad: las referencias a ese c
lima de ahogo que da el damero llevado a sus máximas consecuencias. Arriesgué la hipótesis de que la ciudad servía a la perfección como sitio de un cuento de ribetes terroríficos, después de toda ya lo dijo Goya: El sueño de la razón produce monstruos.
Volví a Buenos Aires, me bajé del 129 cerca de Plaza de Mayo y caminé por mi Buenos Aires querido. Ahí me di cuenta del último detalle que me faltaba. Y lo sentí cuando me entremetí en las callecitas que circundan la Plaza. Miré para arriba. La luna la tenía tapada por los edificios que verticalizaban su horror cósmico lovecraftiano.
Si La Plata es el horror horizontal, el horror del orden pulcro y el control social positivista, si sus edificios bajos dan la sensación de la imposibilidad de escape y la emparentan con cualquier otra ciudad del “interior”, el horror de Buenos Aires está en los callejones oscuros, en los edificios altísimos que se comen al gótico y lo hacen parte de su propia materialidad, en el desorden, el caos.
Son las pequeñas grandes diferencias.
No sé si podría volver a La Plata, me quedé con una extraña sensación de miedo. Como cuando termino un cuento de Lovecraft.

22 comentarios:

Horacio Gris dijo...

Me gustó mucho lo que escribiste. A mí La Plata siempre me dio la sensación de ser un lugar opresivo, un espacio atrapado en otro tiempo que se me figura siniestro. No sé bien cómo explicarlo, pero desde chico tengo esa sensación; y lo que decís me da elementos para explicar un poco mejor esta cuestión.
De alguna manera, no sé si por cosas leídas o qué, creo tener la fantasía de que La Plata es un lugar peligroso, de la misma manera que en los setenta debía resultar peligroso andar por ahí con los milicos dando vueltas.

saludos

Jay dijo...

Hola Rufián. Soy nuevo en esto de los blogs, no se como llegue específicamente al tuyo. La cadena de linkeadas debe haber sido bastante larga, pero creo que comenzó con un link de algo de LOST, (que es como Los Simpsons de este siglo, toda conversación lleva a Lost y todo surge desde Lost, por suerte no pasa eso con Showmatch) y luego me compraste con la frase que aparecía inmediatamente antes “…Si miran mis sandalias, hay tabla, si miran por la ventana, hay tabla... si sacan menos de 9, sea quien sea, hay tabla….” Ni hablar con los comentarios de Ellroy (ese día había visto por 4ta vez la Dalia Negra). Como te darás cuenta comparto un par de cosas con vos y eso me hizo seguir leyendo. Pasar por experiencias parecidas en Derremate o haber nacido en el mismo año bajo la misma “Religión?” (mmm eso fue muy Ricky Martin no se porque…) tanto que, como suele suceder en esta burbuja de plétzales, quizás nos conocemos. Dije, este blog va al Acceso Rápido de Favoritos.
"Esto" de los blogs y su lectura linkeante me dio un nuevo impulso, con vergüenza empiezo a leer Cortazar por primera vez (hoy, voy 40 paginas de Rayuela), a identificarme con el Buenos Aires que describe Arlt o a delirarla cinematográficamente con Soriano. Pero eso fue solo este verano. Espero que no se corte. No se a que vino todo esto, suelo delirarla sin razón luego de leer cualquier cosa, me pasa lo mismo con una película o con la música.

Tu crónica del paseo por La Plata me hizo animarme a escribir para felicitarte por uno de los pocos blogs que evita la demagogia y hace de la condición intrínseca de los blogs, el ego de su autor, un estilo de escritura y una especie de antifaz (lo de antifaz no solo para ver diferente sino por esconder indirectamente una identidad) para ver la realidad. Si todos pudiéramos darnos cuenta q hay q ver las cosas de esa manera (no digo como las ves vos, sino como a cada uno se le canta) seriamos mas felices, yo por el momento, tengo miedo.

Resumo. Esto del blog me hizo pensar que hay que decir lo que pensamos, escuchar al otro y estar abierto a cambiar de opinión si inteligentemente deducimos que estuvimos equivocados. Soy un tipo que parte de la idea que la reflexión precede a la acción, como dice Oliveira en Rayuela, (waw! mi primera cita a Cortazar.) e imberbemente le agrego, pero nunca reflexionar solo. Es momento de activar.
El comentario termina con un agradecimiento. Tu blog me ayudo a activar, espero que esto siga. No quiero divagar más en soledad. Eso es para locos, majaretas, jeropas mentales, egoístas, genios… no creo ser nada de eso.

Saludos.
Jay (por ahora).

*pd: este comentario era mucho mas largo, la version extendida te la paso por mail.

diego.ve dijo...

todas las estatuas en la plaza frente la catedral la desairan. Los leones están de espaldas, pero con la cara vuelta y con la boca abierta. una le hace cuernitos, otra sostiene arco y flecha, que apunta hacia el centro del vitreaux central. en fin. los masones son divertidos!

ajsoifer dijo...

Horacio: Sí, La Plata es perturbadoramente perfecta y eso asusta.

Jay: Gracias por el comment. Contesté por mail.

Diego: Aunque usted no lo crea en algún momento de mi vida me quise hacer masón.

The Outsider dijo...

Indeed, se llamaba menú platense. Antes iba mucho por allá.

Lucaz dijo...

Hace bastante que siento un cierto interes por La Plata, que creo empezo cuando vi su geometría en fotos satelitales. Despues de leer esto siento bastantes ganas de ir alguna vez. Creo que podría llegar a gustarme.

C.E dijo...

Che, qué loco, qué nos habrá dado en estos días por ir a La Plata...yo también estuve pasando el domingo allá hace exactamente 15 días...

Aladas Palabras dijo...

Aunque no me conozca, don Rufián, soy una muchacha de La Plata, por lo que en primer lugar voy a agradecerle el piropo.
Es muy extraño ver que alguien comenta sus impresiones de La Plata como ciudad turística, cuando para mí es lo mismo, cada día (por supuesto, vivo acá).
Debo decirle que fue una magnífica decisión no ir al zoológico, aunque es único en su especie: prácticamente no tiene animales. Ni se compara al que está a dos cuadras de su casa.
El museo tuvo la desgracia de destrozarse con el granizo del Viernes Santo y hasta donde sé, está cerrado por tiempo indeterminado.
Mucho más llamativo fue para mí que la frecuencia de los micros le parezca "envidiable", porque a mí no me lo parece (seré demasiado pretensiosa?). Yo vivo en el sur de la ciudad, me manejo con los micros verdes que habrá podido observar (¿habrá podido observarlos?), y sólo me llevan al centro de la ciudad. Si quisiera ir a alguna de las otras tres zonas, e incluso a alguna zona que no está en el casco urbano de la ciudad (en el cuadrado milimétricamente perfecto que describió), ninguno de esos aparatos verdes me sirve.
Quiero comentarle que además de números cada calle de La Plata tiene también un nombre. He visto carteles (unos azules con letras blancas, pequeños, en lo alto de algunas edificaciones) con el nombre de la correspondiente calle: Entre Ríos, Corrientes, Estados Unidos del Brasil creo que son algunas y están por el centro (7 y 50, por poner un ejemplo). Claro que es mucho más práctico manejarse con los números, pero eso no quiere decir que no tengan nombre.

Leí hasta el hartazgo eso de "ciudad controladora". Tengo una referencia literaria, que tal vez no le interese (observando sus gustos en el asunto), pero no puedo pasar por alto: en la comedia Aves, de Aristófanes, dos viejitos hartos de la situación que vive Atenas deciden construir una ciudad en las nubes. En un momento aparece un geómetra que dice cómo debería ser el plano de la ciudad. Sommerstein (un estudioso de Aristófanes) muestra el dibujo de cómo sería esa ciudad que describe el geómetra: es increíblemente idéntica a La Plata.

Creo que esto es suficiente por hoy, seguir hablando de la ciudad haría muy largo el post y aún más innecesario. Puede ser controladora, pero es bastante práctica. Sobre todo para ustedes, turistas. =P

Aladas Palabras dijo...

Ahhh.. qué pasó con la política de moderación??

ajsoifer dijo...

Estimada Aladas Palabras: Fascinante aporte el suyo. Me gustó mucho y el piropo seguro que se lo tiene merecido por más que no la conozco. Ser platense la sume inmediatamente en la belleza.
Sus acotaciones, interesantísimas.
Muchas gracias.
Y respecto de la moderación de comentarios: me aburrí de jugar al policía. No había nada que valiera la pena moderar.

Analía Pinto dijo...

Hola, Rufián, un gusto su blog al que llegué por la infaltable cadena de links que menciona más arriba otro de los comentaristas de este post. Le cuento que vivo en el conurbano bonaerense, más exactamente en Quilmes, y cuando decidí ingresar a la universidad mis pasos se dirigieron sin vacilación hacia la ciudad de marras, vale decir, La Plata. La causa principal fue no sólo el hecho de tener ya conocidos en la carrera elegida (Letras, ja) sino más aún saltearme el tedioso CBC y evadirme de sus horrososas materias. En aquel momento, 1997, se podía ingresar a Humanidades sin cursos ni exámenes ni nada por el estilo (creo que actualmente eso ha cambiado). Por lo tanto, y a pesar de que aún no me he recibido, quién sabe si lo haré, guardo de La Plata los mejores recuerdos. Su milimétrica ordenación catastral me resultó siempre de suma utilidad, jamás me perdí en sus calles, siempre llegué a todos los puntos que necesité llegar, y admiré siempre el hecho de que el "horror" fuera, como ud. cita, horizontal y no vertical. En algún momento consideré mudarme allí pero ya he desistido de ese proyecto. En estos momentos, en realidad, planeo mudarme al caos porteño, pero es bastante complicado también. Quería puntualizarle algunas otras pequeñas diferencias: los colectivos son invariablemente llamados "micros" (no me pregunte por qué, jamás lo pude averiguar); las medialunas de grasa o de manteca se identifican de la siguiente manera: "saladas" (las primeras) y "dulces" (las segundas). Si ud. se confude y dice de manteca o de grasa no lo comprenderán y le darán lo que tengan más a mano. Otras: en vez de "cartuchera", en La Plata dícese "portalápices" y en lugar de los típicos "asaltos" de mi infancia (no sé si de la suya, le llevo casi 10 años) en La Plata se acostumbra a decir "malón", remedo quizá de alguna patriada roquense, no lo sé. Junto con una compañera, también del GBA sur, siempre nos sorprendíamos con estas diferencias idiomáticas, por eso quise compartirlas aquí con uds.
Un saludo quilmeño!

AP
chica_rumiante

ajsoifer dijo...

Chica Rumiante: Un gusto tenerla por acá y espero incorporarla a los lectores asiduos de este humilde espacio.
Por otra parte leyendo su post me iluminó absolutamente respecto de una cuestión que no había comprendido.
Resulta que en el bar que menciono (y que sigo sin recordar cómo se llama) pedí una medialuna de "manteca" con mi licuado y el mozo luego de averiguar volvió para decirme: "Sólo me quedan "saladas"" lo que me resultó sumamente desagradable tan solo de pensarlo: "¿Medialunas de manteca saladas? ¡Eso sí que no!" por lo que me quedé sin probar bocado.
Me alegra saber que hay diferencias dialectales aún con una hora de viaje nada más. Asombroso.

Cassandra Cross dijo...

Increíble el post que me perdí por no entrar más seguido.
Viví y estudié en La Plata durante casi cinco años antes de venirme a Baires. Me llevó una semana comprender el trazado y aprender a ubicarme no sólo en la ciudad, sino sus aledaños (Tolosa, City Bell, Ringuelet, Los Hornos), a fuerza de patearla y tomarme colectivos que aún no tenían la clasificación de puntos cardinales y colores actual.
A mi familia, que no me visitaba prácticamente nunca, les causa al día de hoy un rechazo y una angustia de cementerio, pobre La Plata... yo siempre la quise. Y vuelvo ocasionalmente a pasear o reencontrarme con viejos amigos.
Algo es cierto, ese Teatro Argentino es como el cubo mágico del horror e inspiró uno de mis intentos novelísticos de ciencia ficción/fantásticos más bizarro hasta la fecha.

Saludos, excelente reseña de la estadía.

PD: yo atendía en McD cuando estaba de moda el menú platense! qué recuerdos.

ajsoifer dijo...

Cassandra: Me encantó tu comment. Muchas gracias!!!

Analía Pinto dijo...

Y vuelvo a comentar por tres razones tres: 1) cosas que olvidé incluir en mi comment anterior: el aire meláncolico y demodé que tiene la ciudad en su calidad de "capital de provincia", que la hace, para mí, irresistiblemente atractiva; sus poetas comedidos y "menores", como Francisco López Merino, Héctor Ripa Alberdi, Roberto Themis Speroni, Ana Emilia Lahitte y otros (seguro que no conocen a ninguno!); 2)como dije, vivo en el conurbano y trabajo en capital federal... pero sólo hasta fin de mes. Las famosas e intempestivas "vueltas" de la vida o del azar han hecho que me vaya a trabajar a La Plata -¿habrá sido la lectura de este post una premonición???- y seguramente, si todo va bien, a vivir allí y a retomar mi siempre abandonada carrera universitaria; por último, 3) avisarle, estimado Rufián, que por supuesto me cuenta entre sus leyentes y contarle que estoy linkeando este post al post más reciente de mi nuevo blog, al que ud. y todos sus visitantes están cordialmente invitados: http://abisalfauna.blogspot.com
Un abrazo desde el sur.

AP
chica_rumiante

Anónimo dijo...

Hola! que mal no haberte conocido cuando viniste a La Plata! Soy una platense que se sintió atacada por tanto miedo y frustración que te provocó mu ciudad!! Es TAN LINDA y TAN diferente de Capital. Cómo les puede gustar llamar a las calles por nombres que ni siquiera tienen orden lógico??? jajaja! Estamos en una ciudad llena de cultura y arquitectura. Somos pensantes y alegres (además de bellas). Espero que exista una próxima visita para que comprendas que la racionalidad de las cosas no implica falta de pasión y belleza. Mis saludos!

ajsoifer dijo...

Anónima: Pero qué lástima no haberte conocido antes! Con gusto me someto a otro tour por La Plata si me llevás vos y me hacés descubrir esa belleza escondida.

Anónimo dijo...

Excelente Rufián. Te cuento: Soy arquitecto y ando en algunos de los temas urbanos de la ciudad de La Plata. Tus impresiones me vienen bárbaro para comprender algunas cosas, es como ponerse del lado de afuera a observar el propio cuerpo.
Si bien vivo ahora en los suburbios me crié aquí cuando esto era una "ciudad-pueblo", siempre pensé que teníamos lo peor de ambos mundos: Como ciudad teniamos problemas de tránsito y stress urbano; como pueblo sufriamos la falta de anonimato, si hacias una macana o salias con dos chicas se enteraban todos...
Han pasado muchos años, ya no somos un pueblo, hemos entrado de lleno en ser ciudad y, para los que disfrutamos de aquella "ciudad chica" se nos vuelve un sufrimiento ir al centro.
Un último comentario: Cuando hay vacaciones o fines de semana largos todo el mundo se raja, la ciudad no tiene mucho lugar de esparcimiento bucólico o de acción, viajando de mochilero y después de hombre de familia, adonde vaya, siempre encuentro platenses... siempre estamos partiendo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

muchas gracias a todos por sus palabras, yo llegue a vivir aca a la plata porque me case con un platense, mis hijos lo son y soy feliz en esta ciudad hermosa, nada de agresiva como otros piensan, cada lugar tiene su encanto, no es el caos de buenos aires obviamente, pero si lleno de piquetes en cierto tiempo. pero bueno yo de La plata no me voy.. gracias por los lindos comentarios

Anónimo dijo...

Hola, muy bueno el post. De cualquier manera omitiste comentar algunos datos importantes de esta ciudad; de hecho, gracias a uno de sus hijos dilectos (no el que vos nombraste precisamente), la ciudad de la plata es muy conocida en ámbitos deportivos (fútbol para ser más precisos), obviamente me refiero al humilde pero respetado Estudiantes de La Plata, club que un día hizo de esta la ciudad más feliz del mundo, según el diario local "el día", que un 17 de Octubre de 1968 publicara "Ayer no hubo en la tierra ciudad más feliz que La Plata" comentando la consagración del pincha campeón del mundo, y como en otras fechas, también supo serlo, sino miren este enlace
http://www.clarin.com/diario/2006/12/14/deportes/m-01327673.htm
y lo podrán verificar. La Plata tiene sus cosas lindas y sus cosas feas, pero jamás me iré de esta ciudad porque esas contadas alegrías perduran en la retina de mis ojos e iluminan el camino de la esperanza a un futuro con olor a nostalgia de lo ocurrido en el pasado.

Anónimo dijo...

Me gustó mucho el post. También soy arquitecta y me encanta escuchar (o leer) las impresiones de quienes visitan la ciudad.
Quiero contarte por que estoy enamorada de mi ciudad. En primer lugar porque todavía conserva (aunque cada vez menos) esas cosas de "ciudad-pueblo" que comentaba alguien. "En La Plata todo el mundo sabe lo que hiciste el fin de semana pasado" es una frase muy conocida. Lo cual también tiene sus desventajas ;-P
La opresión de la cuadrícula yo no la veo tan así, aunque me gusta que alguien no. Más me parece el orden dentro del caos. La Plata es una ciudad que creció y desbordó ese cuadrado que debés haber tenido por plano. Muchos visitantes se preguntan "qué hay después del cuadrado?" Yo les respondería que todo lo contrario a lo que hay dentro: toda clase de barrios (de diferentes niveles de ingresos, claro está), que crecieron sin orden alguno, diferentes tramas, falta de continuidad entre las vías del cuadradi y las del crecimiento posterior. "El Cuadrado Roto" lo llamó Alan Garnieren su libro del mismo nombre.
Siguiendo con la cuadrícula, personalmente la encuentro muy ordenadora, quizá a veces aburre, pero creo que lo ordenado pesa más a mi modo de ver, y si a eso le sumamos las calles con número (un orden "logico") nos podemos mover con gran facilidad, hecho que destaca Le Corbusier en su libro "Cuando las Catedrales eran blancas" refiriéndose a la cuadrícula de Nueva York.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero cuando hago la analogía con Buenos Aires descubro que lo que me gusta de La Plata es justamente su escala (hoy absolutamente regladapor un Código que intenta ser implacable). Una escala "humana" y a la vez de ciudad. Con las callecitas (que también tienen ese "qué se yo") y los espacios monumentales.
Los espacios monumentales: Otra diferencia con buenos aires es que tienen espacio para ser apreciados. Yo siento en Buenos Aires que no hay distancias ni situaciones para apreciarlos (a la mayoría de ellos).
"Los árboles" en las veredas dicen muchos visitantes
"Es una ciudad baja, o chata" dicen otros.
El menú platense a 3 $!!! Hace tanto ya! "¿Cómo se llamará en Buenos Aires?" nos preguntábamos nosotros
Micros??? Frecuencia envidiable?? Permitime disentir. El tansporte público en La Plata es un auténtico caos. Empezando porque detrás de esa imagen de 4 lineas de colores que pasan a cada rato (intentando copiar sin éxito a un sistema extranjero) se esconden un sistema en donde las conexiones están dadas sólo por el centro y que dentro de cada color hay 800 ramales que pasan cada lo que te puedas imaginar. Y además de los 4 colores hay unas 3 lineas de colectivos más. Y el precio: para qué hablar? 1,90$ y en monedas!!! Comprar tarjetas de colectivo se puede convertir en una odisea sin fin.
Bueno, pero de eso también se sabe en Capital....
"En Capital"... Cierto que ahora le empezamos a decir "capital". (Y no tiene que ver con lo de "jeans" en lugar de "vaqueros") Nada que ver. Hace unos años era "Buenos Aires" (y todavía sigue siendo para algunos). Ir a Buenos Aires era todo un viaje. "El fin de semana nos vamos a Buenos Aires" a pasear, a comprar.... Había que ir por el "camino viejo", un suplicio. Pero después vino la autopista y llegó la metropolización. Se acabó eso de que "gracias al Parque Pereyra La Plata no pertenece al aglomerado de Buenos Aires". El hilo de asfalto se saltó cualquier oportunidad que tenía el parque de anular esa relación (si es que alguien quería anularla....). Y bienvenida La Plata a la Región Metropolitana! El Plaza (y su hermana mayor la Costera) trasladan día tras día por un módico precio de 18 $ (!!!!!!!) a las masas platenses que van a trabajar a diario a la Capital.
Por suerte nos queda "La Plata ciudad universitaria" y "La Plata capital de la provincia" (con un gobernador que casi no vive en la ciudad). Así que nos quedamos con el 1º nada más? Trato hecho. Y con mucho orgullo (y gracias por lo de las "lindas universitarias") ;-)
Sí, existe un impresionante activismo universitario. Pero creo que tiene que ver con la historia, los '70 fueron demasiado duros y tristes acá...
Los estudiantes "del interior" se encargan de mantener en la ciudad el aire de pueblo: Tomamos mate en la vereda, nos tiramos en la plaza, vamos siempre al mismo bar, vemos teatro en salas de 50 personas y hasta dormimos la siesta (algunos)...
A cambio de eso ellos dejan de decir "masitas" y empiezan a decir "galletitas". Dejan de decir: "nos encontramos en LA 7 y LA 50" y pasan a decir "nos vemos en 7 y 50".
Será por todo esto que no funcionan los grandes centros comerciales en La Plata? Yo tengo la idea de que es por esto, por nuestra cultura, que acá no funciona un shopping. Lo han intentado y no han podido. Acá la gente prefiere el localcito de 4 x 4 en calle 8, o el de 2 x 2 en la galería.
El museo.... una joyita que bien merece una adecuación para entrar al siglo XXI
El zoo... a mi tampoco me gustan los zoo... prefieron la parte de jardín botánico
Y tal vez puedas ver la Casa Curutchet la próxima vez que vengas (en casi 1 y 53), la unica obra de Le Corbusier en latinoamerica.
El bosque.... coincido con eso de "menos bosque que el de Palermo"
Pero me quedo en este agobiante día de febrero en mi ciudad de las diagonales, de los naranjos y los tilos, de la cuadrícula hasta el cansancio, del lobo y el pincha, del Teatro Argentino (que muchos creen que todavía está esperando la pintura), de los "micros", "las medialunas saladas" (mis preferidas) y los "malones"... a punto de zarpara para el Viejo Mundo a otra cuadrícula que espero que no sea opresiva.
Un gusto haber leíto tu post
Melisa

Anónimo dijo...

Hola, La Plata es una ciudad con misterios, pero claro, esos misterios estan vedados a un porteño que viene a patear por aca apenas por un dia...soy del interior (Olavarria), aunque hace 20 años que vivo en La Plata, he ido a Bs As infinidad de veces (es mas, tuve una novia de alla y entonces pasaba muchos fines de semana en baires), y la verdad La Plata es HERMOSA frente a esa ciudad frenetica, llena de gente indiferente, hostil y cansada de la rutina.