29 de agosto de 2008

Quiero un cerebro famoso II

Mich. Santo Patrono de los Cara de Tarados que quieren un Cerebro Famoso.

Otro post relacionado: Quiero un cerebro famoso I

La metodología del programa es la siguiente: una mujer entrevista a dos chicos en una salida. Durante esa entrevista hace distintas preguntas. Las mismas para ambos. Los chicos responden y más adelante, la chica decidirá en base a la experiencia con quién de los dos quiere volver a salir.
Cada chico además tiene un ratito para pasarla a solas con la chica. En este rato ella puede hacerles preguntas distintas a cada uno de ellos o interactuar como le plazca (besarlo suele ser la opción). Entonces después que los chicos pasaron por la entrevista conjunta y después que tuvieron su rato a solas, la chica confiesa: en realidad estuvieron siendo escuchados por una amiga de ella con un detector de mentiras. Todo lo que dijeron fue sometido al detector y ella sabe cuándo mintieron en sus respuestas y cuando no.
Las preguntas fueron del rango de: “¿Me serías infiel?” a “¿Consideras que tienes un pene grande?”. Los muchachos tienen la oportunidad de declarar sus mentiras o no hacerlo. Entonces la chica se va a deliberar con su amiga y juntas deciden con quién se va a quedar. Este momento el espectador no lo ve. La pantalla muestra a los muchachos esperando la decisión.
Vuelve la chica, enfrenta a los muchachos dice cosas como: “Travis, vos me mentiste respecto de que consideras grande el tamaño de tu pene” y “Jay, tu me mentiste cuando dijiste que estarías disponible para casarte en los próximos años” y luego elige con quien quedarse.
En última instancia no importa si mintieron o no. La chica puede quedarse con quien le plazca. Total, ¿qué más da?

"Lo siento Nick, me mentiste respecto del tamaño de tu pene. Ahora no podré elegirte."

Termina ese primer bloque y hay otro bloque con los roles invertidos: un chico, dos chicas y el amigo del chico escuchando y marcando verdades y mentiras.
Eso es el programa.
Igualito a cuando dijeron que había armas nucleares en Irak y por eso invadían. Y después, todos fuimos ese chico con la posibilidad de elegir entre una opción o la otra y en el oído nos dijeron: “Es mentira” pero igual elegimos, eligieron la mentira. Total, ¿qué más da?
El otro programa estrella de MTv, Fist of Zen: una manga de ingleses retrasados mentales se someten a pruebas absurdas y exasperantes como caminar de rodillas sobre un piso de fichas lego desparramadas, que les metan cerveza por la nariz, que con una paleta de esas tipo pelota-paleta cuatro de sus amigos le den tremendos golpes en el culo que dejan sus lindas y blanquitas nalgas color tomate pasado, que les metan gajos de cebolla en los ojos por unos 30 segundos y la gran prueba final: que les tiren de una piola atada a las pelotas mientras juegan con un balero en su cabeza. Tienen que meter la pelotita antes de no sé cuanto tiempo mientras los tironean en su hombría para ganar los billetes de 100 libras que hayan podido acumular mediante la realización de las pruebas masoquistas propuestas por el programa.

Este viejo exasperante (falso glorioso Pai Mei (sólo yo podía, en determinado momento, peinarme la barba como él)) es la estrella de Fist of Zen y se lo llama "Master Zen"

Los chicos ganan y los billetes caen del cielo al piso. Se arrastran para agarrarlos.
Entonces tenemos las mentiras que no importan y las torturas auto infligidas. Porque es demasiado fácil ver por la tele como en Guantánamo se reproduce el dolor, ese dolor innenarrable pero es más divertido sentirlo en el cuerpo.
Jackass terminó hace rato y con él la ingenuidad. Lo que en Jackass era puesta en escena de pruebas que estaban a mitad de camino entre la cultura skater de romperse el propio cuerpo como modo de autosuperación individual y el mejor Tu Sam, acá el “Puede fallar” se convirtió en falla: lo que hay es torturas, mentiras y video. En MTv, para todo el mundo.
Quizás ahora ya nadie quiera un cerebro famoso. O sí. No importa, no se trasmite por MTv.
Si jugar es convertir la realidad, transformarla y adaptarla a la fantasía; si cuando éramos niños jugábamos con soldaditos de plástico y nos imaginábamos inmersos en guerras épicas y divertidas; si escribir ficción es jugar con la imaginación y exprimirse para poder crear realidades posibles que de alguna manera nos divierten (y si alguien me dice que escribe ficción sin intenciones lúdicas en su producción le digo que es un idiota que no entendió nada) entonces jugar a creernos las mentiras o dejar que las mentiras pasen aún sabiendo que son mentiras, hacer oídos sordos a la realidad empírica o dejarnos torturar de formas bestiales y émulos de picana es la forma en que nuestra generación de adolescentes anglosajones juegan con la realidad que ellos mismos delinearon: cualquier cosa justificada en mentiras (no importa la mentira sino que el chico/a sea lindo/a; no importa la mentira si de mandar al muere a miles de árabes es más lindo que ponerse a pensar en esas mentiras) y la puesta lúdica de la tortura (ya que no podemos estar en Guantánamo porque somos WASP, entonces juguemos a que igual nos pinchen y picaneen).
En cualquier momento debería volver el juego de la silla eléctrica.

5 comentarios:

Alcácer dijo...

Fist of Zen es la versión yanqui y aburrida de Silent Library, un sketch de un programa de televisión japonés muy divertido. En youtube hay varios videos. El mejor es uno que hay un negro enorme de invitado.

Salitou dijo...

Wow, eso es la television ahora? :-S

AleLo dijo...

Hola Rufian: en mi opinión hay dos cosas innegables, en primer lugar es que un país que tiene relativamente la panza llena, puede darse tiempo, espacio y cuerpo para flagelarse a gusto y encontrar público para ello y en segundo, del otro lado del espejo, hay quienes gustan de la mentira por ser ella su único modo de resistir la realidad.
De todas formas no hay que envidiar nada, ellos tienen al chino ridículo, nosotros a Marcelo Tinelli!
Besososososo

Anónimo dijo...

Habría que ver si es realmente representativo de los adolescentes anglosajones o de los crapulas que dominan los medios.

Saluditos

Franz Ferdinand

Drodro dijo...

iba a decir lo mismo qeu alcalcer, pero ya está. en fin, la televisión japonesa tiene toda una tradición de programas y concursos de este estilo.