6 de abril de 2007

Cuando se apaga la luz, se enciende Fleshlight



Nota: debo este post a dos vertientes.
Primero a mis amigos del grupo del foro Nihil (momentáneamente desactivado hasta que encuentre una solución con el servidor) por haberme comentado por primera vez la existencia del Fleshlight y en segundo término a mi Crazy Bitch que me sugirió el título, que creo yo, no podía ser más apropiado ni ajustado.

El instrumento es de una simplicidad asombrosa. Podría decirse que es el nuevo hito de la razón instrumental puesta al servicio del onanismo.
Una linterna (tiene forma de linterna, eso lo puede ver cualquiera) que en vez de lamparita dispone de un dispositivo más interesante…

Utilizando un material que no es látex o similar sino que es “una imitación perfecta de la piel humana”, el lugar donde en una linterna deberíamos tener la salida de luz está ocupado por una forma moldeada a gusto del consumidor.
Decir “una forma” no deja de ser un eufemismo.
Lo que en verdad tenemos es un “orificio”, un “agujero” por donde se puede introducir el pene y sacudírsela un buen rato hasta acabar.

Todo esto en el marco de esta piel sintética con forma de boca, vagina, ano o “ranura neutra” (para los tímidos hombres de negocios que no quieren ir con una vagina portatil por la vida).
La idea es simplemente brillante. El cuerpo humano, el compañero sexual reducido a su funcionalidad primaria, salvaje: un agujero por donde meterla.
Y además es portatil. Lo podés llevar de aquí para allá.
La solución para tantos solitarios.
No hace falta mucho: apagar la luz, dejarte llevar por la imaginación y meterla en el agujero. Casi tan placentero como uno real. La piel sintética hace el resto.

Pero esto no es todo.
Podés fabricar tu propio Fleshlight.
En un intento que pone el instrumento al borde la intervención artística (realmente me pregunto si no lo es en verdad, si de verdad pretende ser un producto comercializable con toda la estética kistch que conforma la página de promoción del producto, con los testimonios de los solitarios que han visto su vida mejorada sustancialmente por poseer una “Linterna de Carne” en su poder y por ese mismo nombre tan absurdo, descarnado, inteligente y mordaz) la página de promoción del producto propone: “Construya su propio Fleshlight” y da unas instrucciones paso a paso sobre cómo customizar el artefacto dependiendo de la orientación sexual de cada individuo.
Así, dependiendo de qué tipo de experiencia quiera uno tener puede elegir distintas texturas interiores para el Fleshlight.
Texturas más rugosas, texturas lisas, texturas super tight para hacer una buena imitación de un sexo anal duro, en fin, todo un catálogo de variedades.

Hay un cuento de Felisberto Hernández que se llama “Menos Julia” (está en Nadie encendía las lámparas y es, para mí, uno de los mejores cuentos de un libro de cuentos excepcional).
El relato en cuestión da cuenta de un individuo que tiene una casa en las afueras de la ciudad e invita a un viejo conocido a pasar un fin de semana en ella.
Al llegar a la casa, el protagonista (es decir, el amigo del que tiene la casa) se ve inmerso en uno de esos espacios de extrañamiento de los que dispone Hernández.
La relación de ambigüedad sexual con un grupo de muchachas que viven en la casa del anfitrión y ciertos acontecimientos menores van configurando las puntas, los hilos de una trama que permanece invisible.
El punto culminante de esa tensión sexual que se va construyendo (y que yo creo que es una tensión sexual de la iniciación que se manifiesta en el resto del libro) se presenta cuando el anfitrión le dice al protagonista que tiene un túnel subterráneo bajo la casa en el cual le gusta entrar con sus “amigas” para jugar un juego bastante intrigante.
El juego consiste en que las luces del túnel estarán apagadas y en fila, irán pasando uno a uno de los participantes. En unos estantes que se ubican a los costados habrán distintos objetos que los participantes deberán tocar, inspeccionar, investigar y tratar de reconocer en la oscuridad absoluta.
Cuando lo leí noté una evidente connotación del acto sexual: entrar a un túnel oscuro y tocar elementos, reconocer texturas, saborear la oscuridad. Entrar a un lugar siempre nuevo (los objetos en su interior van cambiando) aunque resulte familiar.

Y tenemos el Fleshlight entonces. Acaso la misma idea. Tener un túnel portátil, un agujero portátil, una concha portátil, un culo portátil, una ranura portátil.
Lo que importa es meterla.

Siempre poderemos estimular la imaginación pensando en la actriz de la demostración gratuita que hostea el sitio pasándose el tubo por sus partes y gimiendo (un poquito).
Siempre tendremos la posibilidad de pensar en la Señorita en trajecito hablando maravillas de la máquina de carne artificial mientras abre los falsos labios vaginales de la Fleshlight como si fuera una ginecóloga descuidada y le arroja lubricante al orificio.

Está tan bien hecho que hasta un clítoris sintético incluye el aparato.
Yo se lo recomendaría a Alessandra Rampolla por ejemplo, para que ya de una vez deje de revolear ese horrible almohadón didáctico que usa.
Y no, no le pediría que le ponga un nombre a la vulva de mi Fleshlight.
Pero estábamos en otra cosa.
Estábamos en que lo importante es meterla. Cueste lo que cueste.
Eso sí, no importa dónde…después de todo, pussy is pussy.

18 comentarios:

Giorgio Novalgina dijo...

Está interesante eso de la fleshlight neutra. Es todo un síntoma de la sexualidad posmoderna, cada vez más cercana al terreno de lo neutro, a la frase "un culo es un culo" y todas sus variantes (nada más neutro que una tautología)

Anónimo dijo...

genial!
Ahora, ya ni la exclusividad en objetos sexuales fantásticos y originales (obviamente me refiero a los vibradores en todas sus formas)consevamos las mujeres!!!
Además, que necesidad en ir a fabricarse una vagina... meu deus! con todas las mujeres necesitadas qeu hay en el mundo!!!

la Dama sol dijo...

Esto me hace acordar a la mina esa que era fanática de Ricky Martin (se acuerdan?) y la familia llamó a uno de esos programas que te cumplen el sueño (no se acuerdan?). La cuestión es que le metieron a Ricky Martin en el placard, como sorpresa, y ponen cámaras ocultas. La mina llega a la casa, se unta la concha con mermelada, y se la da a su perro para que la chupe, por supuesto que el perro se llama Ricky, como su ídolo, y le dice "Ricky, Ricky, ay Ricky". Toda la televisión española mirándote. ¡Qué consoladores ni ocho cuartos! Para qué están los animales? Esa es una chica con imaginación.
Por mí, todo lo que se invente para el sexo, está bien, che. Si te gustan las conchas de goma, ¡que te sea grato!

la Dama sol dijo...

YO también estoy en Letras. ¿estás en argentina?
digo por lo del Rufián.

ajsoifer dijo...

La anécdota de la fanática de Ricky Martin sin duda quedará en los anales de la historia.
Mi dios, que chiste tan fácil.

Giorgio Novalgina dijo...

hay videos de eso?

ajsoifer dijo...

Claro que hay video! En Youtube encontrás varios pero podés conformarte con éste que ponen en su página oficial.

Viene en color Moka también!!!

Perro Negro dijo...

Al aparatito le falta algo, y es gritarte desde lo alto de una escalera :-)

Anónimo dijo...

Yo creo que hay algo demasiado triste y patético en una, como dicen ustedes "concha de goma" que hace que este tipo de juguetes no tenga el mismo nivel de popularidad o notoriedad como los consoladores. Al fin de cuentas una mujer puede usar uno de estos y quedar como una insaciable que además de su dosis semanal, diaria o lo que sea, necesita 30 cm de plástico para rematar. Lo mismo aplicará a los gays
Pero una concha de goma, no hay nada más triste. Últimamente la buena y vieja mano peluda es más honorable
Ps Eso de la tipa y el perro, hasta donde yo se es una leyenda urbana a no ser que alguien me dirija al video. Si fuera cierto sería el momento más tragicómico en la historia de la tv

Giorgio Novalgina dijo...

no, videos de lo de la fanática de Ricky.

a la fleshlight la conozco hace tiempo, chiquito.

ajsoifer dijo...

Me encanta cuando te insultan diciéndote "chiquito" es una de las cosas más ofensivas que te pueden decir. Al menos a mí me saca.

Pero con Don Giorgio está todo bien.

Respecto de videos de lo de Ricky, adhiero con el comentario de Ineptus que dice que es una leyenda urbana.

Y respecto al Fleshlight, acaso alguien puede cansarse de ver los videos demostrativos?

Strawberry Fields dijo...

Rufian: sabemos que los insultos de tipo diminutivo te sacan...pelotudito, boludito, en fin.

Por otro lado, en cuanto al Fleshlight, seria un acierto del marketing sacar a la venta uno con parlantes que emita gemiditos, no? Obviamente tendria un control de volumen para no sonrojar a los hombres de nagocios mas pudorosos que no quieran despertar a los demas pasajeros con gemidos salidos del baño de un avion clase Bussines...

Se me ocurrio q podriamos adaptar el conocido refran: Un pelo de c... tira mas que una yunta de bueyes. Yo diria: Un tupper de c...cuesta menos que una yunta de putas. (Digo tupper porque la forma que tiene me hace acordar a esos tupper ware tipo vianda del colegio)
Uno de los tantos beneficios del flashlight no? Incluso ayuda a preservar la economia del hogar! Enhorabuena señores!

Y ahora me las tomo porq me siento cada vez menos femenina con todo esto...
Saludos!

ajsoifer dijo...

Es cierto: los diminutivos hacen un doble insulto: no sos sólo un pelotudo, sos un pelotudo chiquito. Me exaspera.

La solución para el fleshlight sonoro? Un par de auriculaeres y listo!

Lo que me preocupa es el tema de la higiene del artefacto. Es decir, cómo limpiás eso después de hacer la porquería?

También, y esto podría ser un chucky tengo la imagen de un tipo metiéndola en el ultra tight al que se le queda atorada ahí y se le termina amputando por el propio estrecho canal del producto.
Me parece que lo voy a escribir.
No me roben la idea eh!

Strawberry Fields dijo...

Mmmmmm se amputa el miembro y crea el nuevo fleshlight para bisexuales???!!! Con pussy y pene todo en uno????!!!!!! Revolucion en el mercadooooooo!!!!

En cuanto a lo del Chucky....suena bien eh, te quedan bien los Chuckys!

L.U.S.M (si lo decifras te ganas algo)

Saludetes

ajsoifer dijo...

Love U So Much yo a vos preciosa!

(¿Qué me gané?)

Strawberry Fields dijo...

Mmmmmmmmmmm te ganaste la posibilidad de hacerme un gran regalo! Unas botas marrones de temporada o una remerilla verde....yo voto por lo primero!
Jejeje

Ahhh y a Dario, no puedo evitar decirte: lero leroooooo yo For your consideration y me rei mucho
! Muy pero muy buena, no rufian? La verdad, unos grosos.

Saludos!

ajsoifer dijo...

Aclaración que me hace poner mi psicótica novia (es decir, Strawberry Fields):

Su comentario estaba destinado a reponder a Darío y correspondía al post sobre el BAFICI.

En lo que a mí respecta: ya que regalé zapatos este mes! Vividora!! jajajaja

Strawberry Fields dijo...

Sabelo Rufian: nunca, pero nunca es suficiente cuando de zapatos se trata!