Vamos por más: Nueva literatura argentina / Narradores del siglo XXI
El jueves pasado fue la primera, ahora se viene la segunda y la idea es que se convierta en un ciclo.
Alguien puede decir que hay algo de cholulismo en ir a ver, escuchar y hablar con un escritor.
Lo cierto es que las actividades de lectura se están convirtiendo en un espacio
imprescindible para la difusión de la Literatura Argentina contemporánea y hay gente que está haciendo de esto, una militancia.
Saludo esa militancia porque esta misma gente es la gente que está dando espacios, abriendo el juego y poniendo toda su voluntad y sus armas críticas para hacer que la postura tan asumida de que la Literatura argentina no tiene nada para ofrecer, caiga en desuso por esnob y estúpida.
Recuerdo que hace unos meses, revisaba los anaqueles de libros de un tío y en eso aparece una persona que no voy a mencionar porque no quiero problemas familiares y me mira y me dice: "¿Qué estás viendo?" y le respondí que estaba viendo qué libros de literatura argentina tenía la biblioteca de mi tío y este familiar me respondió: "Nah, no vale la pena. Tenés que leer a los europeos."
No le respondí porque es un señor grande y entiende tanto de Literatura argentina como yo de Odontología que es su profesión.
Y hablo de esta posición reactiva a la literatura argentina post-ochentas (pareciera ser que con la desilusión de la Primavera alfonsinista también se vino abajo la ilusión de esa cultura pujante post-dictadura y en la volteada cayó la Literatura, privilegiada por la desaparición de la industria Editorial local) con experiencia de causa, porque he sido uno de ellos hasta que en la cursada de Teoría Literaria III, otro escritor argentino, Miguel Vitagliano, incluyó el libro Rabia de Sergio Bizzio.
Mis compañeros de cursada me dijeron que ni locos leerían ese libro de mierda y yo les dije que me gustaba leer literatura bien posmo, cuanto más posmo mejor, que disfrutaba en lo berreta, en lo kistch, en lo camp, y en no sé cuántas otras pelotudeces más.
Lo importante es que leyéndolo a Bizzio descubrí que esa literatura era algo fresco, algo interesante y que además, me llenaba de placer. Lo único que busco en la Literatura.
Después cursé un seminario enteramente dedicado a la literatura argentina contemporánea y yo que fuí buscando nombres nuevos, no los encontré ahí. Lo que encontré fue pasión ahora sí, irrefrenable.
Hay países que sustentan políticas editoriales muy serias y en los que la industria del libro es absolutamente independiente, llena de posibilidades y de libros como el de la tapa que ilustra este post.
Ese libro lo donaron a la Biblioteca donde trabajo y como ahí no servía me lo traje a casa (su otro destino iba a ser ser vendido como papel por el mozo del bar del lugar) para poder escribir sobre él.
No sobre ese libro en particular que es una guía detallada de todas las editoriales yanquis, con nombres de los editores, los contactos, direcciones, teléfonos y área de interés de cada una sino también un compendio de reglas útiles para que el Do It Yourself del escritor amateur pueda funcionar.
Cómo escribir una carta de presentación de un libro para un editor, cómo hacer para pulir el texto, cómo hacer para que uno pueda convertirse en un escritor profesional.
Todo lo que acá se hace a pulmón y en medio de egos alterados, allá es algo absolutamente comercializado con reglas del juego muy claras.
Horror que los fundamentalistas de Puán (las ratas de Puán) detestan, prefiriendo ellos su jerga afrancesada que da identidad. Pule y da brillo.
Por eso me declaro letroso: enfermo de una enfermedad no-contagiosa cuyos síntomas son vivir por y para los libros y que, a pesar de ser puanero, me distingo de las ratas de Puán.
Pretendo escribir y pretendo publicar mis libros. ¿Es mucho pedir? ¿Es demasiado decir que quiero trabajar de esto?
Las ratas de Puán están chillando, ya lo sé.
Eso es lo que propone este ciclo: derribar las barreras, diluir el misticismo romántico profesado por los adoradores de la Institución Escritor.
Los escritores que leyeron el jueves pasado son gente que cuando termina de leer se va a la esquina a comerse un pedazo de pizza.
Los escritores que leyeron el jueves pasado son laburantes, gente sencilla. Esa es la idea.
La conjunción escritor-lector cobra vida y así pude corrobar lo que me habían comentado respecto del libro de cuentos que prepara Mariana Enríquez.
Y yo que la tenía mistificada como una de las mejores narradoras de la literatura argentina actual, lo pude comprobar (el cuento que leyó fue increíble) y al mismo tiempo ver que es de carne y hueso, que bien pudo sentarse a conversar y contarme de sus proyectos.
Lo mismo puedo decir de Ariel Bermani, que este domingo lee y con quién estuve comentando los avatares de una primer novela (como la que yo tengo lista y la que él publicó por Interzona el año pasado).
Entonces, en las batallas contra Titanes que a los porteños se nos dan tan cómodas (cómo obviar la perenne Batalla por el Metal) el domingo volverán a reunirse aquellos que soñamos con una literatura argentina amplia, de calidad y exportable, porque lo que es ser Licenciado en Letras nada más, si no le ponemos un poco de onda, nos va a matar de hambre.
Y para reseñar libros de Kawabata traducidos del inglés (ya no del japonés) en revistas literarias de consumo masivo, se me hace como una opción un tanto deprimente. Por eso prefiero seguir apostando a esto y mientras termino de leer Los estantes vacíos de Molina (del cuál haré una reseña crítica en breve) apuesto también a esto:
FERNANDA GARCÍA LAO
SAMANTA SCHWEBLIN
10 comentarios:
tu blog es como LA MEGA de los blogs de literatura ;-)
¡Jajajaj totalmentA!
Veo que odias los fundamentalismos tanto como yo... y asi se hacen los cambios.
BIen por tu blog,
me volvere a pasar.
Un saludo!
faaaaaa
hasta me dieron ganas de ir.
claro que lo más probable es que encuentre una razón para no hacerlo. esas cosas son incómodas para la rutina de uno. Y me molesta de mí misma que así sea, es terrible. pero bua
no sé por qué terminé leyéndolo, no sé dónde posteó ud, o sea, desde dónde lo perseguí pero supongo que un nick como el-rufian-etc es como andar por la vida con el pelo violeta. o con una remera que diga "beatnik" más bien.
sus comentarios sobre cuestiones varia(da)s son largos y ud. se toma las cosas muy en serio. me parece bien porq yo lo hago y me averguenzo y por tanto no tengo blogs como el suyo jaj.
sobre todo tengo un problema como la extensión, verá.
bueno, no sé. le discutiría muchas cosas sobre "si no es para vos no es para vos" y el bafichoto en gral, pero no estoy en condiciones de discutir nada.
estaré leyéndolo.
salut.
Rufián: Coincido con voz en lo que decís sobre las actividades de lectura. Yo igualmente, suelo frecuentar más las lecturas de poesía; de hecho no pude ir al encuentro el jueves pasado porque se superponía con otra de poesía de La Góndola.
Me parece que a veces, hay un poco de soberbia de algunos estudiantes (no todos, por supuesto) de letras en negar lo que está pasando con la literatura actual.
Te recomiendo (en realidad, te imploro) que leas el artículo que Elsa Ducaroff presentó el año pasado en el congreso de estudiantes de letras titulado "Modos de leer...modos de escribirnos" o algo así.
Los estantes vacíos es un libro que tengo pendiente hace mucho, me lo recomendaron demasiadas personas.
De hecho como creo en armar un ciclo de lecturas como intervención estoy organizando un ciclo de lectura de poesía que comenzará en mayo, donde intentamos mezclar estéticas y generaciones.
Yo confío en que por fin alguien le haga sombra a la crítica que el Gordo Gostanián le hizo al libro de Molina, y que por el momento se sostiene firmemente como la mejor. Sobre todo, por ser la única.
Coincido con vos en casi todo, excepto en que los escritores tengan algo más interesante para decir en una charla que lo que dijeron en el libro.
Por supuesto hay excepciones: Leónidas Lamborghini, Osvaldo Bayer, David Viñas, Elvio Gandolfo, es decir, los que por lo general tienen algo para decir que va más allá de su trabajo.
Con respecto a: "Pretendo escribir y pretendo publicar mis libros. ¿Es mucho pedir? ¿Es demasiado decir que quiero trabajar de esto?
pienso que no es mucho, pero que en las condiciones socioeconómicas actuales es bastante, pensá en los arquitectos diciendo "aspiro a diseñar casa y construirlas", "los ingenieros: "aspiro a diseñar puentes y construirlos", los militares: "aspiro a que la gente haga de todo y a bombardearlos", etc...
Te hubiese agradecido tanto si me hubieras avisado de la lectura de Mariana Enríquez...!
Lo lamento, sobretodo porque no tenía excusas para no-ir. Es el único dia de la semana que no curso.
Espero me cuentes qué te traes entre manos. Un saludo cálido!
No cultivo ni leo poesía por lo que estoy un poco afuera del circuito poético noventista.
Pueden leer mi postura al respecto acá
No leí ni escuché la disertación de Drucaroff pero como cursé su seminario, me imagino que es un poco lo mismo que nos dijo durante un cuatrimestre.
Difícil es el brete en el que me pone Mavrakis. Superar la crítica del Gordo Gostanián suena a mucho pedir, pero veré que puedo hacer.
Perro Negro: si uno no aspira a hacer lo que le gusta y lo que sueña con hacer termina aplacado por la vida.
Intentaré hacer lo que quiero y si tengo que terminar vendiendo relojes de plástico en Constitución lo aceptaré con la dignidad del que sabe que no está vencido. Mi literatura seguirá fluyendo aunque sea en forma subterránea, o en este caso, en forma de trenes.
Puajj, ratas de Puán, sí, deben ser unas ratas. Tampoco concibo los que estudian Letras para ser escritores (¿?!¿?!¿?!)
deben estar buenos esos encuentros.
Saludos, Andrés.
Publicar un comentario